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Sin duda alguna la ciudad de Los Ángeles tiene lugares maravillosos y construcciones imponentes para el disfrute tanto de sus habitantes como de los turistas.
Pero hay un lugar que sin saber si es cierta su existencia, la sola historia es un atractivo turístico.
Se trata de la ciudad subterránea que según la leyenda pudo ser la casa de míticos personajes cuyas características son propias de las historias de conspiración que tanto le gusta a muchas personas.
Se dice que toda la ciudad esta interconectada por túneles construidos como si se tratara de un acto de magia.
Un reportaje lleno de misterio dio a conocer esta historia
En el año 1934 la población de Los Ángeles se vio sorprendida por una noticia publicada en el periódico Los Ángeles Time.
El reportaje hablaba sobre la existencia de una construcción que se extendía en el sub suelo de la ciudad.
El texto fue producto del trabajo de investigación de Jean Bosquet, quien era periodista del diario.
El comunicador explicaba que el hallazgo fue producto de la exploración que realizara un ingeniero experto en minas.
Este ingeniero había logrado trazar un mapa de la zona gracias a tecnología de última generación y se había encontrado con las ruinas de toda una ciudad subterránea.
Que impulsó a este ingeniero a realizar este tipo de exploraciones. El principal motivo fue la crisis económica que se vivió en el año 1933, eran tiempos en lo que se presentó la llamada Gran Depresión en todo el territorio de Estados Unidos.
Esta fue una época muy dura en la cual una gran cantidad de personas perdieron sus puestos de trabajo y sobrevivían como podían.
Fue entonces cuando el ingeniero George Warren Shufelt, decidió hacer algo para contrarrestar las caídas que tenía en cuanto a su trabajo.
Los inversionistas petroleros y mineros, ya no querían tomar riesgos y ya no se firmaban casi contratos.
Aunque los ingresos del ingeniero eran suficientes para seguir con una vida normal, este decidió reinventarse.
Al tener menos trabajo era obvio que tendría más tiempo libre, por lo que decidió usar este tiempo para inventar nueva tecnología.
Después de un tiempo trabajando en su tiempo libre logro tener algunos resultados satisfactorios.
Logró desarrollar un escáner que le permitía hacer una lectura del terreno y encontrar si había formaciones o fuentes de algún mineral.
Durante su investigación se encontró con un viejo jefe indio que le compartió algunos relatos que habían sido transferidos durante generaciones en su pueblo.
Gracias a la información que había obtenido se propuso investigar el subsuelo en busca de minas de oro
Pero el resultado fue completamente distinto y este se vio sorprendido al hallar toda una red de túneles y cámaras que se extendían por casi todo el centro de la ciudad.
Su descubrimiento iba desde la biblioteca pública hasta Mount Washinton y desde la zona suroeste hasta Pasadena.
Shufelt y su equipo de trabajo no encontraban lógica que relacionara la información que había recabado con sus hallazgos, se suponía que tenían que encontrar algún antiguo yacimiento de oro.
Tratando de encontrar una explicación decidió ponerse en contacto otra vez con aquel viejo indio y con otros más ancianos y estos le dieron una explicación que lo dejó aún más sorprendido.
Se había descubierto el hogar de unos lagartos humanos
Según la explicación de los viejos y sabios habitantes indígenas, esta podía ser la última evidencia de la existencia de una vieja raza de seres que eran una mezcla de humanos y lagartos que habían construido esta ciudad subterránea para protegerse de un evento catastrófico.
Lo más sorprendentes del caso, es que aseguraron que estos seres usaban herramientas químicas y no mecánicas para construir estos pasadizos.
Según los relatos, esta raza había dejado de existir pero había quedado evidencia de su paso por la tierra y esta construcción era una de ellas.
¿Pero por qué la tecnología de Shufelt revelaba que había oro en esta zona?
La explicación que le dieron los nativos al grupo de exploradores fue que estos humanoides solían plasmar su historia en tablas de oro que almacenaban en bibliotecas.
Para los indios, lo que los equipos tecnológicos de Shufelt había detectado eran los almacenes de estas tablas y ellos pensaron que se trataba de una mina.
Luego de todo esto comenzó la exploración metros abajo, por supuesto el siguiente paso que los exploradores debían seguir, era la excavación de terreno para verificar lo que la tecnología le mostraba.
En el año 1934 Shufelt hace los trámites necesarios y se le otorgan los permisos de excavación y es ahí donde el periodista de Los Ángeles Time lo contacta y realiza la entrevista.
El grupo de exploradores logra excavar 76 metros debajo del suelo en enero de ese año y para febrero logran llegar a los 106 metros pero al llegar a esta fase se les revocaron los permisos sin aviso y sin explicación alguna.
Luego de la suspensión de la excavación todo se convirtió en un misterio
El pozo que se había excavado fue rellenado el 5 de marzo del año 1934.
Y el tema paso al olvido hasta que el reportero de Los Ángeles Time decide entrevistar a miembros de la Cámara de Comercio de Los Ángeles.
Las declaraciones de estos funcionarios explicaban que existe la posibilidad que si existiera esta red de túneles, pero es muy difícil que en la actualidad se autorice alguna exploración ya que en la zona existen una gran cantidad de edificaciones que pueden verse afectadas.
Desde aquellas declaraciones hasta el día de hoy no se ha vuelto a explorar la región para confirmar los descubrimientos de Shufelt.
Shufelt desapareció de la vida pública
Por alguna razón el ingeniero se retiro de su oficio y aunque no se confirmó, se dice que murió en el año 1957, pero entes de partir le dejó a la ciudad su misteriosos mapas esperando encontrar algún día la verdad de tanto misterio.
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